domingo, 22 de julio de 2012

Montréal, una pequeña Francia en Canadá



Tras ocho meses y medio recorriendo Sudamérica y Cuba aterrizamos en Montréal, Canadá. Cambio radical. Montréal es la ciudad más grande de Quebec y la segunda mayor del país, además posee la cuarta población francófona más poblada del mundo. Y por lo que más destaca es por su multiculturalidad.

iglesia con la bandera gay
barrio gay de Montreal

Puede parecer extraño pero también ha sido en la frontera que nos han hecho más preguntas sobre nuestro destino y futuro, si ni nosotros lo sabemos!!!


Durante los dos primeros días en la ciudad nos sentíamos como unos extraterrestres, volvíamos a poner pie en una metrópoli moderna, desarrollada, era como volver a pisar una ciudad europea. Nos ha recordado mucho a nuestra anhelada y helada Finlandia. Todo nos parecía demasiado limpio, demasiado ordenado, demasiado nuevo y demasiado silencioso. ¿Dónde estaba la basura de las calles, los cláxones de los coches, la gente como sardinas en lata en los buses urbanos? Entrábamos en los supermercados y nos perdíamos, no sabíamos ni por dónde empezar entre tanta variedad de productos perfectamente organizados. Llegábamos a los pasos de cebra y alucinábamos al ver que la gente esperara a que se pusiera en verde para cruzar. Cada dos pasos encontrábamos una papelera y encima era de las que tienen separadores para reciclar. Os hará mucha gracia pero todo nos pillaba por sorpresa.


Pasamos tres días en Montréal en casa de otro couchsurfer, Raphael, con el que recuperamos nuestro olvidado portugués porque él lo domina a la perfección y prefería hacer una mezcla de portuñol que hablar en inglés… Sabíamos que en Quebec se habla francés pero lo cierto es que esperábamos encontrar más angloparlantes. Bien, nos dijeron que son muy independentistas, que no se sienten canadienses que ellos son de Quebec. Así que tampoco les gusta hablar en inglés. Por supuesto con nosotros todo el mundo fue muy amable, siempre nos hablaban en francés pero cuando les pedíamos que cambiaran al inglés porque no les entendíamos lo hacían sin problema. Sin embargo, más tarde canadienses que no son de Quebec nos han dicho que con ellos no son tan amables, que no quieren hablarlos en inglés. Esto no lo podemos asegurar porque no lo hemos vivido, así que mejor no generalizar.


Se dio la casualidad que era el día nacional de Canadá.


Tuvimos muchísima suerte, llegamos durante el Festival de Jazz de Montréal, aparentemente uno de los más grandes del mundo. Fue genial porque las calles estaban animadas durante todo el día, siempre podías ver conciertos gratis y eso siempre crea un aura especial en las ciudades. Nos dijeron que a lo largo del verano los festivales se suceden uno detrás del otro, se ve que es una de las ciudades culturalmente más activas del país. Claro, tienen que exprimir el verano al máximo porque como ya sabréis los inviernos de Canadá son largos y duros, -30º con nieve no crea el clima más adecuado para pasear por las calles. Hay algo que no conseguimos entender, el porqué del nombre del festival, ¿jazz?, umm, a nosotros nos encantó pero básicamente porque ninguno de los conciertos que vimos era de este estilo musical.


Montréal es una ciudad agradable para pasear, puedes recorrer todo el centro a pie sin problema y eso siempre es agradable. El problema de Canadá es que todo es caro, parece que te cobren hasta por respirar. Quizás si vienes de vacaciones desde España te parece caro pero aceptable, pero cuando llegas como nosotros de Sudamérica y, más aún, de Cuba, hasta ir al supermercado es una puñalada a nuestra economía. Sin embargo, disfrutamos bastante de la ciudad. Volvimos a cocinar nuestra propia comida y eso fue una experiencia agradable; en la vida normal ir a comer fuera es darse un capricho y un descanso, pero en la vida del mochilero el lujo es poder tener una cocina a tu disposición.



Imaginaos que para ir del aeropuerto a la ciudad el bus cuesta 8$ por persona!!! Si con los 16 pasábamos un día entero en Cuba con todo incluido.


La parte de downtown que tiene es realmente bonita y vale la pena perderte por sus calles adoquinadas y sus numerosos callejones llenos de iglesias.


Un dato curioso es que en Móntreal existe una ciudad bajo tierra, es decir, hay toda una infraestructura subterránea con tiendas, bares, cines, restaurantes, supermercados que comunica con el metro y que te permite caminar de un barrio al otro. Ahora, en verano, no tiene ningún sentido y obviamente está vacía, pero tiene su razón de ser durante el invierno, como ya hemos dicho antes no es agradable caminar con -30º.

ciudad subterránea de Montreal
Creemos que no se necesitan más de tres días para conocer Montréal, a ver, es una ciudad muy cosmopolita y donde seguro que hay millones cosas que hacer pero pagando; sin embargo, lo que es la ciudad en sí no precisa de más tiempo.



Un nuevo voluntariado nos esperaba pero eso os lo explicaremos en próximos post.

1 comentario:

Sandra dijo...

Chicos, vaya cambio! Me ha traído muchos recuerdos porque estuve en Montreal un mes, hace ya 10 años... me había encantado!!!!
Un besiño... seguid contanto porque me encanta seguir cada paso que dais!!! Disfrutad mucho!